Orfeo.

Friday, November 10, 2006
El mito de Perseo
Acrisio, rey de Argos, tuvo una hija llamada Dánae. Un oráculo advirtió a Acrisio que un hijo de su propia hija le mataría. El rey, sin atreverse a matarla, la encerró en una torre de bronce, cuyo techo se abría al cielo para que el aire pudiera penetrar. Un día, sin embargo, algo sobrenatural ocurrió: una lluvia de oro cayó de cielo y Dánae quedó embarazada. El padre era el dios Zeus, que al convertirse en lluvia dorada evitó ser descubierto por Hera, su celosa esposa. El niño fue llamado Perseo. Con el tiempo, el niño nacido de Dánae fue descubierto, y Acrisio sin atreverse nuevamente a matarlo, arrojó a madre y niño al mar dentro de un cofre. Ambos fueron salvados por un pescador que, junto a su esposa, los acogió en su humilde casa de una isla mediterránea. Pero la belleza de Dánae causó nuevos problemas: Polidectes, rey de la isla donde vivían, se enamoró de ella. Y con el tiempo pretendió casarse con ella enviando a la muerte a su molesto hijo, Perseo, ya adulto por entonces. Para ello y mediante engaños, convenció a Perseo para que le trajera la cabeza de una de las tres monstruosas gorgonas, la única de ellas mortal: Medusa. Las gorgonas tenían el poder de convertir en piedra a quien las mirara, por lo que la misión a la que fue enviado Perseo era poco menos que una muerte segura... si no hubiera sucedido algo que Polidectes no esperaba: los dioses Hermes y Atenea estaban con Perseo. El primero le ayudó a conseguir la espada capaz de matar a la Gorgona. Atenea le prestó su escudo, la superficie del cual permitiría a Perseo ver el reflejo de Medusa sin quedar petrificado. Con esto podía Perseo introducirse en la cueva de las gorgonas mientras dormían, cortar la cabeza a Medusa y guardarla sin mirar en una alforja y escapar. Pero algo ocurrió en el momento de decapitar a Medusa: del cuello cortado surgiría un chorro de sangre del que nació un hermoso caballo alado, Pegaso. A lomos de este caballo huyó Perseo volando por los aires. En el camino de regreso, en las costas de Etiopía, encontró Perseo una escena terrible: un monstruo marino se disponía a devorar a una joven encadenada a las rocas. Ella era Andrómeda, la hija del rey de Etiopía, Cefeo. Se encontraba en esa situación por culpa de su madre y reina Casiopea, que creyéndose la mujer más hermosa del mundo se proclamó más bella que las nereidas, hijas de Poseidón, dios de los mares. Como castigo envió Poseidón un monstruo marino a destruir Etiopía, cosa que no haría si a cambio le era entregada en sacrificio Andrómeda, hija de la presumida Casiopea. Perseo, enamorado en el acto de Andrómeda, no podía permitir aquello: descendiendo a lomos de Pegaso, mató al monstruo y devolvió a Andrómeda a sus padres, a los que pidió su mano, que éstos concedieron.Perseo regresó a su isla para casarse con Andrómeda y se encontró con una desagradable situación: su madre, que no quería casarse con el rey Polidectes, estaba escondida en un templo que le servía como refugio, escapando del violento Polidectes. Dispuesto a acabar con todo esto, Perseo se dirigió al palacio del rey y una vez allí, extrajo de su zurrón la cabeza de Medusa, convirtiendo al rey y toda su corte en estatuas de piedra. Las gentes de la isla, contentas con la muerte del tirano, quisieron hacer de Perseo su nuevo rey, pero éste entregó la corona a aquel pescador que le había salvado y dado refugio junto a su madre. Y hecho esto y tras casarse con Andrómeda, regresó a su Grecia natal con su madre y su esposa.Llegado a Grecia, Perseo disputó una competición de atletismo. En el lanzamiento de disco el proyectil se desvió y cayó entre el público, matando a un hombre. Y resultó que aquél era Acrisio, su propio abuelo: el destino del rey se había cumplido.Tras este percance, Perseo y Andrómeda vivieron felices durante mucho tiempo. Tuvieron hijos, uno de los cuales sería abuelo de Hércules.
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1 comment:
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